Pues ama al prójimo como Él nos ama.
Nos recuerda el CIC 1826: Si no tengo caridad —dice también el apóstol— “nada soy…”. Y todo lo que es privilegio, servicio, virtud misma… si no tengo caridad, “nada me aprovecha” (1 Co 13, 1-4).
La caridad es el corazón de la doctrina social cristiana. Como nos explica San Pablo, de todas las virtudes humanas la más grande es la caridad; no es posible vivir una vida cristiana haciendo a un lado la caridad.
Por eso, anímate y apúntate a Cáritas y nunca olvides que el fin de la caridad está en Dios no en la filantropía
¡Bienvenido!