Es un deber y un derecho de los padres, que debe estar garantizado por los poderes públicos y gozar de absoluta libertad para escoger tanto la escuela y el tipo de educación moral y religiosa que deseen para sus hijos, de contar con los agentes educativos que deseen y de crear escuelas e institutos propios. El Estado debe respetar los derechos y deberes de los padres y ha de actuar en el campo educativo evitando el estatismo y aplicando el principio de subsidiariedad conforme a los principios de libertad religiosa inclusive en las escuelas no-católicas. Cardenal Antonio Cañizares y Monseñor Sanz Montes