Lamentablemente y porque la mies es mucha y los obreros pocos nos vemos obligados a suprimir el mayor alimento para el alma, ese que es el anticípo del Cielo.
Es a nuestro pesar, porque, sabéis, que los sacerdotes que lo somos según el Corazón de Cristo, siempre deseamos celebrar Misa. Todo sacerdote es ordenado “propter Eucharistiam”, para que celebre cada día la Eucaristía por los vivos y por los difuntos
Somos conscientes de gente que necesita confesarse, ir a misa, adorar al Santísimo y rezar en su presencia; personas que precisan una palabra de consuelo, consejo. Enfermos y ancianos solos que en verano tienen menos visitas…
Y, un favor, acudid a la Misa siempre vestidos con respeto y decoro, lo que demostrará que comprendemos lo que realmente sucede en la Misa.
La vestimenta inmodesta en la Misa no es un problema de comodidad, sino un problema espiritual. La Iglesia es “una casa de oración en la que se celebra y reserva la Eucaristía, donde se reúnen los fieles, y donde se adora la presencia del Hijo de Dios nuestro Salvador, ofrecido por nosotros en el altar de los sacrificios para ayuda y consuelo de los fieles”. No es un lugar donde deban abundar la tentación y el pecado, donde las distracciones por el indecoroso vestir compitan con nuestro Señor que está presente en el Sacramento del Altar.
¡Feliz descanso estival y que Dios os bendiga!